Declaración sobre el tiroteo en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas

Declaración sobre el tiroteo en Uvalde, Texas

La Colaboración Cristiana Asiático-Americana (The Asian American Christian Collaborative, AACC) acompaña a las familias en su dolor por la trágica e inconmensurable pérdida de sus seres queridos en otro tiroteo masivo en nuestra nación. Lamentamos la pérdida de vidas preciadas en la comunidad de Uvalde, Texas; una tragedia espantosa que ocurre inmediatamente después de los tiroteos en Dallas, Buffalo y Laguna Woods.

Nos sentimos apenados y rezamos por las familias de Eva Mireles e Irma Garcia, dos maestras valientes de la escuela primaria Robb que fueron brutalmente asesinadas por el tirador mientras protegían a sus estudiantes. Lloramos y rezamos por los padres desconsolados de los niños inocentes, todos ellos de entre 9 y 11 años: Xavier Lopez, Jose Flores, Nevaeh Bravo, Ellie Garcia, Tess Mata, Alexandria “Lexi” Rubio, Jacklyn Cazares, Jailah Nicole Silguero, Jayce Luevanos, Miranda Mathis, Amerie Jo Garza, Makenna Lee Elrod, Layla Salazar, Maite Rodriguez, Annabell Rodriguez, Eliahana Cruz Torres, Rojelio Torres, Alithia Ramirez y Uziyah Garcia. Fueron asesinados en un lugar en el que creían estar seguros. Deseamos que nunca olvidemos los nombres y los rostros de estos estudiantes tan queridos de cuarto grado que fueron brutalmente asesinados a tiros en su salón de clases el 24 de mayo de 2022.     

Al tiempo que nos unimos a la nación para lamentar la pérdida de vidas en Uvalde, la comunidad cristiana asiático-americana sigue estando de luto y conmemorando la vida y la valentía del Dr. John Cheng, quien, el 15 de mayo de 2022, se enfrentó al tirador en la Iglesia Presbiteriana Taiwanesa de Irvine en Laguna Woods, California, y salvó la vida de muchos de nuestros ancianos, incluida su propia madre.

Mientras continuamos lamentando las vidas perdidas en Buffalo y Laguna Woods, entre otros muchos tiroteos masivos, la tragedia de Uvalde es otra alarma devastadora que exige que abordemos la doble crisis de tolerancia excesiva y complicidad en nuestra nación que sigue fomentando el sufrimiento como consecuencia de la violencia con armas de fuego. En Uvalde, las vidas de niños y adultos inocentes fueron arrebatadas por un hombre que pudo comprar legalmente dos rifles de plataforma AR y un total de 1,657 rondas de municiones a los pocos días de cumplir 18 años. Usó 142 de esos cartuchos para matar a 21 personas en la escuela primaria Robb. Desde el tiroteo de Columbine en 1999, más de 311,000 estudiantes han sufrido violencia con armas de fuego en sus escuelas, un lugar donde todos los estudiantes merecen aprender en paz y sentirse seguros. Desde hace más de una década, la cantidad de armas de fuego en manos de civiles ha superado la cantidad de personas que viven en los Estados Unidos. En 2020, las lesiones por armas de fuego alcanzaron un punto máximo convirtiéndose en la principal causa de muerte de los niños estadounidenses. En 2022, han ocurrido 216 tiroteos masivos en los primeros 140 días del año. En EE. UU., 41,000 personas mueren cada año por violencia con armas de fuego (más de 110 personas cada día). 

 

La vida y la libertad son valores fundamentales de la vida cívica estadounidense, pero la libertad individual de cada uno no debe transgredir la vida y las libertades de los demás. Como cristianos que hemos transitado la polarización política en los Estados Unidos y en el extranjero, se nos pide que prestemos atención a los peligros y al pecado de la idolatría política, sobre todo cuando conducen a la destrucción de la vida. Como seguidores de Cristo, nuestra lealtad es principalmente hacia Cristo y su Reino. Los cristianos debemos unirnos para denunciar todas las formas de culto idolátrico, incluida la idolatría de los derechos individuales (y todas sus consecuencias) por encima del mandamiento de Dios de amar al prójimo (Éxodo 20:2; Deuteronomio 5:6, Marcos 12:31). Apreciamos y valoramos los derechos individuales y personales, pero estos derechos no deben prevalecer sobre el amor al prójimo y el cuidado de los más vulnerables. Aunque los derechos personales son valores democráticos estadounidenses fundamentales, en ningún pasaje de las Sagradas Escrituras encontramos un principio cristiano que priorice las libertades individuales o los derechos personales por encima del amor al prójimo y su bienestar (Gálatas 5:13; 1 Corintios 8:9; 1 Pedro 2:16). Este es el ejemplo que nos dio Cristo (Filipenses 2:1-11).

 

Pocos estarían en desacuerdo con que lo que sucedió en Uvalde y todos los tiroteos masivos anteriores son consecuencia del mal. Aunque algunos argumenten que las leyes no pueden librar al mundo del mal, la AACC sostiene firmemente que es necesario hacer todos los esfuerzos posibles para detener las acciones malignas cuando sea posible. La legislación no puede erradicar el mal, pero la legislación declara qué males nuestra sociedad no tolerará. No podemos quedarnos callados, sino que debemos trabajar para desarrollar medidas de protección eficaces contra las armas de fuego que se usan con demasiada frecuencia para perpetuar el mal en nuestras escuelas, hogares, compañías y lugares de culto. Aquellos que creen que la vida comienza en el vientre materno deben ser consecuentes en el cuidado de las vidas hasta la tumba.

 

Debido a su corta edad, muchos de los niños que han muerto en un tiroteo o lo han vivido no han tenido aún la oportunidad de votar a favor o en contra de los funcionarios elegidos, oponerse a las políticas que perpetúan el daño en nuestras comunidades o defender de manera directa la seguridad en el uso de armas fuego. Sin embargo, otros sí podemos hacerlo. La mayoría de los estadounidenses están a favor de leyes más estrictas sobre la compra de armas de fuego, y nuestra acción colectiva puede repercutir en el curso de la historia.

La AACC respalda los esfuerzos bipartidistas en favor de una legislación sobre armas de fuego en la que prime el sentido común y se promueva la seguridad en el uso de armas, lo que incluye, entre otras medidas, aumentar la edad mínima para comprar un arma a los 21 años; exigir la verificación de antecedentes universales; aprobar leyes de bandera roja; exigir licencias de compra y portación; y prohibir los fusiles de asalto semiautomáticos, los cargadores de gran capacidad y las “armas fantasma”. Además, respaldamos la mejora de las medidas de seguridad culturalmente informadas. Les invitamos a participar en la defensa de estas medidas que podrían reducir de manera significativa la probabilidad de otro Columbine, Sandy Hook, Parkland, Buffalo o Uvalde. Creemos que tanto los republicanos como los demócratas pueden unirse en esto para proteger a nuestros niños y ancianos.

Los dos proyectos de ley que pueden instar a sus representantes a que los apoyen hoy son los siguientes: 1) H.R. 8 (Ley de Verificación de Antecedentes Bipartidista) y 2) H.R. 1446 (Ley de Verificación de Antecedentes de 2021 mejorada). Ambos proyectos de ley ampliarían y reforzarían las verificaciones de antecedentes y acabarían con vacíos legales fundamentales. Estos proyectos ya han sido aprobados en la Cámara de Diputados. La AACC solicita a todas las personas que se comuniquen con sus representantes, a fin de que respalden estos dos proyectos de ley cuando se sometan a votación en el Senado. Además, les instamos a considerar las normas de seguridad sobre armas de fuego en las que prime el sentido común que se están considerando a nivel local y estatal.

 

Asimismo, sabemos que persisten necesidades apremiantes relacionadas con la salud mental en los Estados Unidos y dentro de la Iglesia. Los problemas de salud mental no deben ser una responsabilidad exclusiva de los individuos, sobre todo porque las consecuencias de no abordar los problemas relacionados afectan a comunidades enteras. Requerimos compromiso en la enseñanza de habilidades para identificar las necesidades existentes y emergentes; desarrollar la resiliencia a través de diversas estrategias; y extender el apoyo mutuo como una comunidad unificada. Pedimos a los pastores, en particular, que integren la conciencia mental/emocional en su enseñanza y discipulado como un mecanismo fundamental para promover la sanación comunitaria.

Juntos, debemos darnos cuenta de que los niños de Uvalde son los hijos de todos nosotros. Los hermanos y hermanas fallecidos en Buffalo y Laguna Woods son nuestra familia. Debemos buscar un camino mejor hacia adelante, evitando la trampa de la impotencia y la tolerancia excesiva. No debemos respaldar el cambio únicamente con palabras; los cristianos debemos estar dispuestos a defender una sociedad más justa y a movilizarnos hacia ella. No debemos quedarnos de brazos cruzados. Únicamente de esta manera podremos superar esta pesadilla nacional incesante de tiroteos masivos con un futuro diferente por delante.

Pedimos a los cristianos de todos los ámbitos a amar a todos los hijos de Dios, tanto de palabra como por medio de sus actos. Les invitamos a tomar todas las medidas posibles para asegurar la prosperidad de nuestras comunidades mediante el compromiso de vivir con sacrificio (Romanos 12:1-2) en el amor y el servicio al prójimo (Levítico 19:18), como Cristo quiere que vivamos (Colosenses 3:1; 1 Juan 2:6).  

Pasos a seguir:

-        Orar: orar por el consuelo de aquellos que han experimentado de manera directa la pérdida y la tragedia. Orar por la valentía de nuestras comunidades para defender la seguridad en el uso de armas de fuego. Orar por la paz en nuestras escuelas, hogares, organizaciones e iglesias. 

-        Compartir la declaración: esta declaración es un recurso que refleja una perspectiva cristiana sobre la violencia con armas de fuego y la seguridad en el uso de armas de fuego. Compartan esta declaración con sus congregaciones, organizaciones, contactos y amigos y anímenles a firmarla.

-        Comuníquense con sus representantes a nivel federal y estatal: 1) a nivel federal, pidan la aprobación de a) H.R. 8 (Ley de Verificación de Antecedentes Bipartidista) y b) H.R. 1446 (Ley de Verificación de Antecedentes de 2021 mejorada). 2) Pregunten cuál es la posición de sus representantes sobre lo siguiente: aumentar la edad mínima para comprar un arma a los 21 años; exigir la verificación de antecedentes universales; aprobar leyes de bandera roja; exigir licencias de compra y portación; y prohibir los fusiles de asalto semiautomáticos, los cargadores de gran capacidad y las “armas fantasma”. 3) Hablen a favor de que sus representantes impulsen medidas de seguridad en el uso de armas de fuego al aprobar leyes que incluyan las políticas mencionadas más arriba.

-        Normalicen la búsqueda de apoyo en salud mental dentro de las iglesias: hablen de los problemas de salud mental desde el púlpito y en otros lugares, desestigmaticen las necesidades de salud mental, no se sientan avergonzados por buscar servicios de salud mental, fomenten el uso de servicios de asesoramiento y pongan a disposición recursos a través de la iglesia.

-        Entablen conversaciones difíciles con elegancia: digan la verdad con amor (Efesios 4:15), no cedan ante lo que es justo y recto (con especial preocupación por los más vulnerables) (Salmo 89:14), trabajen por la unidad (1 Corintios 1:10) y hagan todo lo posible por vivir en paz con los demás (Romanos 12:18).

 

Hagan clic aquí para firmar la declaración